Por Cynthia Céspedes
Y así se desarmó mi vida…
En el segundo en que la verdad interrumpió mis sueños.
Así se esfumaron mis recuerdos…
En el minuto en que te quitaste el disfraz de bosta retórica con que embriagabas mi romanticismo.
Por eso…
Hoy le EXIJO al cielo que me brinde una oportunidad para volver a nacer, OBLIGO a mi voluntad a que te olvide de raíz y FUERZO a mis memorias a que se desvanezcan en el río salobre que aún corre por mis mejillas.
Mientras… sólo me queda seguir intentando regalarle algo de consuelo a mi corazón, que yace estropeado y desvalido, en una jaula abierta, ubicada dentro de mi alma…
No me queda más que confortar este padecimiento en la cadencia reiterativa de las voces que acompañan mis días… aquellas que me repiten incansablemente que las cosas suceden por algo… esas que me gritan en la cara que ya era hora de pensar en la niña que lloraba exiliada y desconsolada en mi corazón… las mismas voces que me abrazan a diario y que, sin embargo, no logran calmar mi dolor…
Oigo las voces y las escucho en silencio… acepto su verdad y humildemente me someto a sus reparos… “Tienes que olvidar”, repiten… Pero YO, aún no estoy segura si realmente quiero hacerlo… si de verdad pretendo borrar de mi alma aquella ilusión que alimentaste con mentiras… mentiras dulces, mentiras blancas… mentiras abultadas, que sabían ‘perfectamente’ hacerme reír y me bañaban en suavidad… mentiras que acompañaron mi sonrisa todos estos años, pero que hoy se deshacen cual algodón de azúcar en mi boca…
Tampoco sé si tendré el valor de incinerar este sentimiento, sumergirlo para siempre en la profundidad del olvido, para así poder volver a brillar con la luz y los colores que siempre me caracterizaron…
Fuiste el dueño de mis sueños, el cacique de mis emociones, el caudillo de media vida mía… Tuviste en tus manos el interruptor de mis convicciones y no fuiste capaz de percibirlo…
Mientras yo hacía antesala de mis fantasías y esperaba ansiosa el cruce de nuestras autopistas, tú volabas… construías tu propio cielo y te iluminabas del brillo de las estrellas que quisieron alumbrar tu camino… porque, según tú, mi brillo ya se había consumido…
Decías que no me preocupara porque mi historia tendría un final feliz, que edificara sueños propios, porque jamás me dejarías… me contabas que todos te decían que yo era el amor de tu vida y que al final, a pesar de todo, tú te quedarías conmigo… pero claro. olvidé un detalle. jamás dijiste que me amabas…
Y tal vez porque me creíste una tonta… quizás porque me pensaste dominable… sin embargo, no tomaste en cuenta algo… SOY MUJER… por eso me apasioné tanto con esta emoción; por eso intensifiqué mis sentimientos; por eso entregué más de lo que tenía, sin importar las consecuencias; por eso creí en el hombre que amaba y no ví maldad en su mirada; por eso fui capaz de caer una y otra vez y aún así tener fuerzas para levantarte si lo necesitabas; por eso pude soportar ser desplazada, aguantar las indiferencias y aún así ser capaz de esperarte sin mirar el reloj de mi vida… Porque SOY MUJER y cuando amo, sólo sé hacerlo de una sola forma…
COMO UNA TONTA…
Hoy, siento que el amor me castiga, me condena a caer abatida en la más cruel de las decepciones, me niega la posibilidad de seguir esperando flotar en el jardín de tu corazón... Hoy siento que el amor inhabilita mi corazón para te siga amando…
A partir de hoy, el Amor me ha prohibido recordarte… Por una razón muy simple… jamás me amaste… o por lo menos cuando dejaste de hacerlo, nunca lo mencionaste…
Por no hacerme daño, terminaste destruyendo mis fantasías, obstruyendo mis ilusiones y quebrantando el espejo interior de mi alma… que hoy, aunque logre reconstruirlo, jamás podrá proyectar la imagen que reflejaba cuando yo te amaba…
Habría sido capaz de seguirte hasta el fin del mundo, sin sentir que mi familia era un obstáculo… porque mi familia eras tú y el Martín… Habría sido capaz de invertir otros 10 años de mi vida, envuelta en una ilusión y esperándote con los brazos abiertos, si tan sólo tus palabras hubieran tenido un señal de verdad…
Hoy debo entender que todo lo que decías estaba escrito en papel de arroz y que hoy se desvanece, en este océano de lágrimas que rodea la isla dónde lloro por ti… Hoy debo concebir que nunca más estarás en mi vida, que nunca más podré mirarte como lo hice por más de 10 años, que nunca más tendré que creer en ti y que nunca más lograré saborear aquella ilusión que me mantuvo en pie… Porque tengo que olvidarte y tengo que aprender a aceptar que todo lo tuyo fue una simple mentira…
Nunca te escribí nada…
Por eso, hoy te regalo estas palabras y con ellas te ofrezco independencia; te rescato de la triste realidad de tener que darme migajas de amor como agracimiento; te libero de la culpa, por tener que hacerme el amor tantos años y fingir que me amabas, aún estando con ella; te rescato de la responsabilidad de quererme sólo por admiración y te quito el pecado de tener que estar conmigo, cuando en realidad amabas a otra…
HOY… Te devuelvo la vida que quizás robé cuando comencé a amarte e intento recuperar la mía, que ya se encuentra algo desmembrada, un poco destruida y sobretodo desarmada…
No sé cuánto dure este dolor, pero confío en que no será para siempre…
No sé cuándo pueda ponerme de pie… No sé cuándo terminará mi duelo...
Sólo sé que a pesar de todo, estoy segura de que mi corazón sí sabe amar y entregarse incondicionalmente… por eso, si lo hizo una vez, podrá hacerlo muchas más…
Sin embargo, tú no sabes lo que es el amor, sólo sabes mentir y adulterar verdades; sólo sabes omitir, confundir sentimientos y herir con palabras bellas…
Espero que hoy te haya quedado claro cuánto te equivocaste …
Porque YO no era tu amiga… ERA TU MUJER…
…hasta nunca…