miércoles, julio 11, 2007

Trozos del Recuerdo


Soy Cynthia, y me gustaría compartir contigo un fragmento de mi vida, un momento importante, un recuerdo, una emoción, un pasaje o simplemente pura inspiración. Si te gusta, puedes volver, si no, fue un placer que me hayas leído, que tengas un buen pasar en la web...

¿Será violeta el color del amor?

Por Cynthia Céspedes
(Tú sabes que esto es Para Ti)
Se sentía asombroso, pero era extraño.
Sólo bastaba que yo cerrara mis ojos y sucedía.

Tus besos, eran color violeta. Violeta penetrante, destellado.
Igual como el cielo de esa noche, que relumbraba al vernos juntos y aventuraba colándose en nuestras sábanas, para juguetear con nosotros.
No me pidas que te lo explique. ¡Por favor!.

Pero me sucedía.
Tan innegable. Tan sublime.

Cada vez que entrabas en mi boca, puro, húmedo, verdadero… mis ojos se cerraban y yo me evaporaba en el violeta cristalino que se proyectaba en mi mente… gracias a tus besos.
NO recuerdo cuantos fueron.
Es difícil calcular cuando te conceden una noche entera.
Tampoco recuerdo cuantas veces degustaste mi respiración, pero sí puedo asegurarte que lo que viví esa noche fue sorprendente.

Fue una noche distinta. De las que no estoy acostumbrada.
Abundante en caricias, atiborrada de tu piel y pervertida por mis deseos.
Mi cabeza no definía ningún pensamiento, porque el violeta me aturdía la razón.

Tus manos lograron armonizar en mi cuerpo dulces melodías de placer y tus besos le robaron carcajadas de emoción a mi voluntad.
Tus brazos… mmm… tus brazos, eran verdaderas olas, coloridas, que me inundaban de arriba abajo y abrazaban mi alma con demencia y vigor.

Y el violeta seguía. Más Fuerte. Cada vez que cerraba mis ojos.
¿Será violeta el color del amor?
O, simplemente, ¿fue el resultado por mezclar tu química y la mía?.

¿Será así de fácil comenzar a amar cuando te entregan tanto?

Me bastó sólo una noche, para creer que aún no amanece. Todavía me siento dormida y cada vez que puedo cierro mis ojos, otra vez, para que vuelva ese fascinante color... pero no me resulta igual, porque no irradia mi piel, ni humedece los rincones de mi ansiedad.

¿Puedo pedirte una noche más?
Una.
Para poder disfrutar de nuevo y ver como el violeta pinta mis anhelos.
No demando que para ti sea igual de especial, pero sí te pido que me traigas esos maravillosos besos violetas. Para vivir otra vez, ocho horas de deleite, cuatrocientos ochenta minutos del extracto afrodisíaco de tu boca, veintiocho mil ochocientos segundos de tu impulso interior y así quedarme con una vida entera para recordar.


Te espero entonces... blanca y desnuda.
A ver si lo experimentamos juntos.

...ya sabes donde encontrarme...