Por Cynthia Céspedes
Es evidente… tus besos saben a Chocolate…
Pienso en ellos derritiéndose poco a poco en mi lengua y subsistiendo su viaje hasta tocar mis sentidos. Veo cómo tus besos me llenan de delicias, entorpecen mi razón, desordenan mis pensamientos y satisfacen mi paladar.
Quisiera poder ponerlos en mis manos, derretirlos lentamente, pasarlos por mi piel y luego saborearlos, masticarlos y sentir cómo cruzan mi garganta…
¿Te comenté que tus Besos saben a Chocolate?…
Pensaba en lo que me hacen sentir cada vez que entran por mi boca y provocan ese efecto fulminante en mi interior.
Recordé en tus besos ese sabor dulce y viscoso, algo relajante y suavemente seductor, que produce locura en mi organismo, cuando poco a poco tu boca abraza la mía.
Anoche, mi mente saboreó una quimera de besos adictivos... besos imposibles de evadir... besos que atestan mi cuerpo de un efecto impresionante y peligrosamente tentador.
Anoche mi mente dibujó tu lengua, metiéndose húmeda dentro de mí y logró tocar hasta la profundidad de mi aliento.
Entran en mi boca y recorren mis labios... alteran mis sentidos y enloquecen mi paladar... me encantaría poder saborearlos eternamente y no dejar que se desvanecieran en mi garganta.
Me encanta cómo generan en mí una actividad cerebral mayor y me provocan un estímulo corporal descontrolado... Tus besos, sin duda, incrementan los latidos de mi corazón y generan en mi cuerpo sustancias altamente estimulantes.
Tus besos abren mi boca, la enloquecen y me dejan empapada de un baño seductor, que deja pegado en mi cuerpo un sabor eterno... No dejo de pensar en ellos, cómo logran despertar mi apetito y vulneran mi razón.
¿Te comenté que tus Besos saben a Chocolate?…
Por eso quisiera seguir disfrutándolos, para continuar con este viaje interminable y así poder regalarte muchas de estas dulces palabras...
¿Cuándo Vendrás a Besarme de Nuevo?...
¿Cuándo Vendrás a Besarme de Nuevo?...